Conforme voy presentando
cuál es mi trabajo en cuanto al coaching
para profesionales, me encuentro con diferentes tipos de respuesta: unas
personas les suena la palabra pero no saben qué es, otras están confundidas por
otro tipo de conceptos más mediáticos (libros de autoayuda, programas de tv,
consejos por Internet) en los que se ha
utilizado este término y otras que lo conocen según en qué ámbito (deporte,
directivos, comerciales). Aunque hay muchas personas que ya conocen este método de aprendizaje, voy a tratar de
aclarar un poco más su significado y aplicación, sobretodo en el ámbito
profesional que es en el que yo me muevo.
Todos los días ponemos en práctica muchas habilidades que hemos
aprendido durante nuestra trayectoria vital tanto en el ámbito laboral, en el
personal, así como en de relaciones con el entorno. Se puede decir que son
nuestras competencias, aquello que somos capaces de hacer para desenvolvernos en las situaciones que nos vamos encontrando en la vida. Pensamos que estamos capacitados para hacer muchas cosas, y es
cierto. Lo que no somos conscientes de que podemos hacer muchas más o de hacer mejor aquellas capacidades que ya
tenemos.
Si nos centramos en el ámbito laboral, diremos que un profesional
es competente para su trabajo si lleva a la práctica determinadas
capacidades (técnicas y personales), pero no de cualquier forma, sino cumpliendo unas
condiciones:
§
Teniendo en cuenta el propósito de lo que se quiere conseguir:
utilizo determinadas técnicas de comunicación para que mis clientes estén
informados.
§
Utilizándolas en el momento justo y en la justa medida:
encontrando el momento adecuado para explicarle a mi cliente y sin pasarme o
quedarme corto.
§
Que me sea rentable: que esta forma de explicar mi producto al
cliente, me lleve a unos resultados favorables para mí.
§
Teniendo en cuenta cómo afectan los factores de tipo
personal: manteniendo una actitud abierta y tolerante ante las diferentes
características de cada cliente.
§
Teniendo en cuenta el contexto en el que se produce: lo hago de
forma diferente si estoy explicando mi producto a una empresa de tipo familiar,
que si lo hago en una empresa multinacional.
El que un profesional sea competente no depende sólo de tener conocimientos o experiencia, sino de aplicarlo de forma práctica y eficiente.
Aquí es donde
encontramos la dificultad o una necesidad de mejora, estos serían algunos
ejemplos:
"cuando hablo con un cliente me quedo bloqueado si me pone cara de desagrado", "no siento seguridad cuando quiero defender mi propuesta ante mi superior", "lo paso mal porque tengo la sensación de que nunca tengo terminado el trabajo", "cuando los demás hacen propuestas, yo me quedo parado"
Estamos hablando de situaciones en las que tenemos que poner en práctica nuestras capacidades y no obtenemos unos resultados satisfactorios en lo que hacemos o en la forma de hacerlo. En algunas ocasiones, nos damos cuenta nosotros y en otras, nos las han hecho ver los demás (superiores, colaboradores, compañeros).
El coaching para profesionales es una metodología en la que la
persona trata estos asuntos que considera pendientes de solventar, mejorar o
desarrollar. Se trata de un proceso de aprendizaje en el que se tiene como
referencia lo que cada persona quiere o necesita conseguir en cuanto a estos asuntos,
aprovechando y potenciando sus propios recursos.
Realizar un proceso de coaching requiere un compromiso de la persona
por querer aprender y mejorar como profesional. El resultado es muy especial
porque a la vez que se desarrollan capacidades para el trabajo, se consigue
una gran satisfacción personal y una
vida mejor.