A todos nos pasa a menudo que
vivimos situaciones profesionales en las que no se cumplen los compromisos y
esto nos puede llevar a vivir emociones de resentimiento al no ver consumadas
las expectativas.

Sea el motivo que sea la persona
a la que se le ha prometido algo, espera ese algo y cuando no se cumple esa
entrega, emana en ella una emoción negativa reflejo de la sensación de injusticia
vivida. Cuando el acto del incumplimiento de lo prometido ya ha ocurrido, no
podemos volver hacia atrás y la persona que ha visto incumplida una promesa que
le había hecho puede responder de alguna de estas formas:
Manteniendo el resentimiento en
silencio: acusando al otro sin afrontarlo
directamente. En este caso las acciones con la otra persona se ven afectadas
de forma negativa y muchas veces afectando a su entorno.
Haciendo una recriminación o queja: culpando al otro y
avasallando con juicios, desahogando la rabia. Lo que encontramos por
respuesta es un rechazo de nuestra interpretación y una oleada de juicios que
llevan a una recriminación mutua y la relación se deteriora.
Realizando un reclamo: haciendo
ver al otro que se ha incumplido la promesa y que es momento para pedirle que
haya una reparación de daño que se ha hecho. Si el otro lo acepta, se aclaran
las circunstancias que nos ayudan a consolidar la relación, se considera
cerrado el reclamo y se disuelve el resentimiento. Si no lo acepta puede ser
que tengamos aún cosas que aclarar u ofrecernos para reparar la falta; también
puede ser que nos replanteemos la relación de confianza en esa persona. En cualquiera
de estas dos formas, se ha abierto la posibilidad de solucionar el suceso y la
intención de mantener la relación.
¿Cuál suele ser tu estilo de
respuesta?
En las relaciones humanas no
podemos evitar que no surjan estos malentendidos, aunque sí podemos prevenirlos
a través de la formulación de promesas más claras en cuanto a su contenido y su
forma.
Según Fred Kofman la persona que
honra con sus compromisos tiene la virtud de la integridad, es decir que “sólo
promete aquello que se propone cumplir, cumple con lo que promete y, si por
alguna razón, uno descubre que no podrá cumplir su promesa en tiempo y forma,
avisa cuanto antes, se disculpa y se ocupa diligentemente de minimizar los
perjuicios causados”.
Como acompañamiento musical para seguir reflexionando este tema, dejo este vídeo
Si todo el mundo se comprometiese a cumplir con lo establecido previamente sería maravilloso, aunque solo hay que empezar verdad?
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, Nuria, si todos lo hiciéramos y sobretodo nos acostumbramos a hacer reclamaciones efectivas al que no cumple con lo prometido, conseguiríamos un efecto en cadena. Gracias por tu comentario.
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