Vivimos en un mundo
de percepciones, en el que queramos o no, las personas que tenemos alrededor nos
conocen por lo que les transmitimos: lo que ven en nosotros, lo que nos oyen
decir, hasta cuando nos tocan o nos huelen. Toda esta información va dejando
una huella en los demás (una marca), que si es mantenida en el tiempo se va
formando nuestra reputación, prestigio o fama.
En el ámbito laboral
es muy importante tener en consideración este concepto de la huella que dejo en
los demás, porque de esto puede depender parte de que yo consiga el trabajo o
que tenga posibilidades de mejora en el que estoy. Conseguir una trabajo, al fin y al cabo,
consiste en tratar con personas a las que puedes gustar o no (va a haber una
decisión subjetiva por parte del otro de si es conveniente la relación o no). Por
tanto, es aconsejable ser consciente de ello y saberse manejar en estas
circunstancias, cuidando la forma en que me muestro como profesional en todo
momento.
Puede ser que
alguien considere esta cuestión como un simple “aparentar”, para mí es saber
sacar provecho de aquellas cualidades que tienes y agradar al mundo con ellas,
además de saber cuidar las relaciones interpersonales, es decir, ser hábil
socialmente. Lo peor que puede pasar es que una persona esté desperdiciando sus
capacidades profesionales por no darse cuenta que está dejando una impresión
desfavorable o querer aparentar una cosa que no se es.
Por lo tanto si
queremos causar una buena impresión como profesionales, hay que tener muy en
cuenta lo que decimos y lo más importante, cómo actuamos (lo que hacemos o no
hacemos), ya que nos van a evaluar más por nuestros actos que por nuestras
palabras. Que nos valoren positivamente o negativamente puede depender más de
lo que piensen de nosotros, que de nuestro propio talento. Así que, es nuestra
misión el mostrar confianza y credibilidad profesional si queremos conseguir
nuestros objetivos profesionales.
Para ocuparse de la
impresión que dejamos en los demás, podemos hacer un análisis para considerar
qué aspectos estamos dando a conocer y cómo estamos llegando al nuestro mercado
objetivo. Os propongo unas preguntas:
Siendo uno mismo, se
consigue una mejor impresión y más duradera. Hay que basar la estrategia de
imagen en lo que eres, destacando tus mejores cualidades y no lo que los demás
esperan de uno o el querer parecerse a otro. Tenemos que descubrir y sacar a la
luz aquello que muestre nuestra profesionalidad y nos hace singular y valioso.
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