Cuando una persona consigue un trabajo
solemos hacer el comentario “¡Qué suerte ha tenido!” y los demás le felicitan “¡Enhorabuena!”.
Si le preguntáramos directamente ¿qué pensáis que nos contestaría? “Si, pues, estaba aquí tan tranquilo, sin
haber hecho nada y de repente me han dado este trabajo...”.
Yo cada vez creo menos en la suerte o podamos
decir la casualidad, y mucho menos en el ámbito profesional. Tiendo a pensar
que cuando ocurre algo, ha habido una acción (más bien varias) previa que ha provocado este
resultado y que suele estar relacionado con una conversación.
En mis cursos sobre comunicación siempre
utilizo la expresión de “cuando hablamos, hacemos que pasen las cosas y cuando
no hablamos, también”. Esta frase nos ayuda a reflexionar sobre que estamos todos donde estamos gracias a que alguien dijo algo a alguien, todos estamos
trabajando gracias a que nosotros hablamos con alguien u otra persona habló de nosotros. Es el poder del lenguaje. Si hasta ahora hemos conseguido lo que
tenemos a través de actos sucesivos de comunicación, ese mismo poder nos servirá
para ayudar a construir nuestro futuro.
No sólo las conversaciones de nuestra vida
son acciones que harán que consigamos un trabajo, pero sí que tienen mucho que
ver: lo que hablamos hoy, determina en gran medida lo que será de nosotros
mañana. Las casualidades las convertimos en causalidades. Realizar un curso,
entregar información profesional a alguna persona del sector, participar en
actividades de nuestro entorno, etc. nos abre la puerta a nuevas posibilidades
y no sólo por los conocimientos y experiencias adquiridas, sino por las
conversaciones que mantenemos con las personas con las que nos encontramos.
Es importante cuidar nuestras conversaciones,
ya que pueden llegar a ser el origen de un trabajo. Para ello podemos
anticiparnos y preparar las conversaciones que pensemos que nos van a ayudar a
conseguir nuestros objetivos. Una sencilla propuesta para la preparación sería
contestar a estas preguntas:
En la búsqueda de trabajo,mejor si la suerte la aportamos nosotros mismos.
¿Con qué persona sería interesante encontrarme para hablar?
¿Dónde la puedo encontrar?
¿Para qué quiero hablar con esa persona?
¿Qué le voy a pedir?
¿Qué le voy a ofrecer?
¿Cuándo lo voy a hacer?
En la búsqueda de trabajo,mejor si la suerte la aportamos nosotros mismos.
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